La flexiguridad y el mercado de trabajo en México: ¿cómo se relacionan?

Las ventajas de integrar un modelo de empleos flexibles con un sistema que ofrezca seguridad social en el mercado de trabajo en México dependen de sus estructuras y la articulación que exista entre ellos.

La flexiguridad es una estrategia que incluye flexibilidad y seguridad para los trabajadores, a través de políticas públicas que permiten y fomentan la participación conjunta de empleados, empleadores y el estado para enfrentar las diferentes dinámicas del mercado laboral en una colaboración positiva para todos.

Protección del individuo, no del puesto

Al igual que en las políticas diseñadas para impulsar la movilidad social, el enfoque de la flexiguridad está en el individuo y no en el sistema, que a final de cuentas también resultará beneficiado. La implementación de un esquema de flexiguridad trae como consecuencia una reducción en la desigualdad de oportunidades al proporcionar a los trabajadores los elementos que estos requieren para desarrollar sus habilidades e incrementar su nivel de competencia y poder de esa manera aspirar a mejores puestos.

Al ofrecer a los trabajadores la oportunidad de permanecer en el mercado de empleos, también se estaría promoviendo una reducción de las tasas de desempleo y un posible incremento de los niveles de ocupación. Esto obviamente tendría un efecto positivo en la productividad del país y en las decisiones de empresas, individuos y autoridades para invertir recursos en pro del desarrollo económico y social.

Cabe resaltar que las estrategias de flexiguridad no tienen una estructura única, sino que deben elaborarse de acuerdo a las condiciones, necesidades y objetivos propios de cada país, lo que podría implicar también llevar a cabo cambios estructurales antes de considerar poner en marcha un programa de esta naturaleza. Las características del mercado de trabajo en México actualmente no son idóneas para implementar estrategias de flexiguridad, principalmente por la existencia de una economía informal en la que participa más de la mitad de la población económicamente activa; el círculo vicioso generado por la poca estabilidad del mercado de trabajo aunado a la informalidad presenta una importante barrera que requeriría ser eliminada para poder establecer un esquema de flexiguridad con buenas oportunidades de éxito.

El mejor ejemplo de los beneficios de la flexiguridad lo tenemos en la implementación de este esquema en Dinamarca, sustentado en tres pilares: flexibilidad en el empleo, un sistema de seguridad social universal que incluye protección al desempleo, y políticas laborales activas enfocadas a mantener una alta empleabilidad. El éxito de este esquema en el sistema danés se refleja en la decisión de la Unión Europea de incluirlo en su estrategia de empleos con miras a que su implementación apoye la conservación de su modelo social, en el que el crecimiento económico, el nivel de vida y la existencia de empleos de calidad son prioritarios.

Poder poner en práctica un modelo de flexiguridad en México requiere de la elaboración de políticas públicas orientadas a regular el mercado laboral y los programas sociales de manera integral, en donde no se desproteja al trabajador formal a la vez que tampoco se incentive la permanencia de los empleados en el ámbito de la informalidad.